Una de las mesas de debate más destacadas de la V edición de Emergentes 2022, organizada por la Asociación de Empresas de Tecnología, Consultoría e Innovación de la Comunitat Valenciana (AECTA) y celebrada en Las Naves, bajo el lema “Inteligencia Artificial y Humanismo” focalizó el tema de las buenas prácticas en Inteligencia Artificial (IA).

La primera pregunta en torno a este gran tema fue si es necesario abordar los proyectos tecnológicos de un modo diferente a los proyectos basados en la IA. En este sentido, los ponentes destacaron que en los proyectos de IA es imperante la importancia y la sensibilización de los datos, tanto por estos en sí, como por el éxito del proyecto.

Otra de las diferencias en el modo de abordar estos dos tipos de proyectos es que en los llevados a cabo con IA hay ocasiones en las que los objetivos que se planifican no se sabe a ciencia cierta, si serán cumplibles o no por falta de datos, o porque en este tipo de proyectos se ha de generar nueva información que no existía de manera anterior.

Creación de equipos mixtos

Otra de las grandes cuestiones que salieron a la palestra sobre las buenas prácticas en la IA fueron las diferentes metodologías a utilizar en  los dos tipos de proyectos. Aquí se consensuó como, pese a que la metodología más utilizada para la IA es la metodología Scrum, proceso para llevar a cabo un conjunto de tareas de forma regular con el objetivo de trabajar de manera colaborativa, existe cierta dificultad para aplicar una metodología en la que el cliente aprecie el trabajo que se está llevando a cabo en el proyecto. Pero sin duda, una de las buenas prácticas en los proyectos con IA es involucrar y acercarse a las personas creando equipos mixtos. En ellos debe participar parte de la plantilla de la compañía y la parte técnica y de diseño que está llevando a cabo el proyecto.

Además es importante, tal y como explicaron los ponentes buscar retos y ver si se pueden lograr y si no, plantear otros, pero en cualquier caso interar rápido. También resaltaron la necesidad de contar, dentro de este equipo, con un perfil de “traductor” que entienda, desde el punto de vista técnico, el negocio, y otra persona que, desde el área de negocio, entienda lo que es posible a nivel técnico para bajar los niveles de frustración. Y como, además es una pieza clave la comunicación entre el equipo.

Perfiles híbridos tecnológico-filosóficos  

Junto a estas propuestas, otra de las cuestiones en torno a las buenas prácticas en IA es el perfil y habilidades necesarias para llevar a cabo este tipo de proyectos. Los expertos consensuaron cómo, además de ser un ingeniero/a en informática, científico/a de datos o arquitecto/a de modelos que trabaje de forma conjunta todas estas disciplinas, tenga capacidad o formación en todo el área de negocio, porque tiene mucho valor. Y en cuanto a habilidades, deben ser personas que estén en continua actualización, que no tengan miedo a experimentar y a adaptarse al ritmo que está demandando la IA. Y junto a ello, sería ideal perfiles que unan la tecnología con la filosofía, porque los aspectos éticos de la IA nos tienen que ocupar.

Para llegar a este tipo de perfiles, el mayor reto, tal y como comentaron en esta mesa de debate, es encontrarlos y una vez encontrados, retenerlos en la compañía. Porque, explicaron, si es difícil encontrar ciertos perfiles técnicos, lo es mucho más encontrar esos perfiles híbridos o con una visión 360º . Por tanto, se hizo un llamamiento para la continua formación de estas personas y como compañía ser flexible con el trabajo en remoto.

En definitiva, esta mesa de debate concluyó con la idea de que España no se puede quedar atrás en la carrera de la IA, sobre todo en la aplicación de la IA al tejido empresarial y en acercar esta tecnología a las empresas que es más accesible de lo que las compañías creen.